Tecnología china impulsa descarbonización del transporte en América Latina

Santiago, la capital de Chile, es la ciudad fuera de China con más autobuses eléctricos en su sistema de transporte público, y para el año 2025, el 50 por ciento de su flota será impulsada por electricidad, tras una nueva licitación que busca adicionarse a los 2.480 vehículos de transporte público masivo que circulan en la actualidad, principalmente de marcas chinas como BYD, Yutong y Foton. Es más, la electrificación del transporte público se ha expandido por todo el país, mientras ciudades como Antofagasta, La Serena y Valparaíso también apuestan por la electromovilidad. Sin excepción, los colectivos eléctricos recientemente incorporados a sus flotas son todos de origen chino. «La tecnología china ha sido fundamental para esta revolución en el transporte público», afirma la directora de Transporte Público Metropolitano, Paola Tapia. La funcionaria añade que, según estudios, tras seis años de funcionamiento de los autobuses eléctricos en la capital, un electroterminal registra un 43 por ciento menos de emisiones contaminantes y un 50 por ciento menos de ruido en comparación con un terminal diésel. Santiago no es la única capital sudamericana que se ha beneficiado con la tecnología china de movilidad sostenible. Claudia López, entonces alcaldesa de Bogotá, la capital colombiana, señaló en 2023 que en la ciudad se habían puesto en funcionamiento más de 1.000 autobuses eléctricos chinos, lo que se tradujo en una reducción de casi 100.000 toneladas en las emisiones de dióxido de carbono cada año, equivalentes a las de 42.000 coches particulares de combustible. En la actualidad, un consorcio encabezado por las empresas chinas Xi’an Metro y China Harbour Engineering Company se encuentra trabajando intensamente en la construcción de la primera línea de metro de Bogotá, un proyecto insignia que no solo reducirá significativamente el tiempo de los desplazamientos, sino que también proporcionará a la población local una nueva opción de movilidad con menores emisiones. Por su parte, la compañía china de equipos ferroviarios CRRC Zhuzhou Locomotive Co. Ltd. renovó con 29 trenes la línea 1 del metro de Ciudad de México, y modernizará con nueve trenes ligeros el Servicio de Transportes Eléctricos de la capital mexicana. Al emplear nuevos materiales y tecnologías de última generación, los nuevos trenes consumen menos energía. Más allá del transporte público urbano, la tecnología china de movilidad sostenible también ha llegado a los hogares latinoamericanos. En el primer semestre de 2024, Brasil importó de China más de 62.000 vehículos eléctricos, el 91,4 por ciento de la importación de los carros de esta categoría, al tiempo que ocho de los 10 modelos de vehículos eléctricos más vendidos en el mercado brasileño son de marcas chinas. De acuerdo con el más reciente informe de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, en 2024 el país austral marcó un récord al materializar un incremento interanual del 183 por ciento en las ventas de vehículos eléctricos. De los 221.673 autos nuevos que se comercializaron en Chile a lo largo del año pasado, unos 65.000 corresponden a modelos de marcas chinas, lo que representa un 29,2 por ciento de las ventas, es decir, cerca de un tercio. Las empresas automotrices chinas no se conforman con aumentar la distribución de sus productos sostenibles en Latinoamérica, sino que se comprometen a promover la descarbonización de la región y compartir con los países latinoamericanos sus tecnologías y experiencias en el desarrollo y la fabricación de autos de nueva energía. En 2022, el gigante de automoción chino Great Wall Motor completó la adquisición de su planta automotriz en la ciudad de Iracemápolis, en el estado brasileño de São Paulo, y anunció que invertiría 10.000 millones de reales (2.100 millones de dólares) en Brasil en los próximos 10 años para crear alrededor de 2.000 empleos locales. En agosto de 2024, la marca MG, propiedad de la china SAIC Motor, anunció planes para construir en México su centro de operaciones para Latinoamérica, incluyendo una fábrica y un centro de investigación y desarrollo. Por su parte, CRRC Zhuzhou Locomotive Co. Ltd. también ha instalado una fábrica en México y ha colaborado con más de 100 proveedores locales, ha capacitado a unos 300 técnicos mexicanos, ha creado unos 1.500 puestos de trabajo y ha impulsado el desarrollo de la cadena industrial local de equipos de transporte ferroviario. De hecho, la creciente presencia de la tecnología china de movilidad ecológica se hace cada vez más evidente en muchos otros escenarios. Por ejemplo, en el megapuerto peruano de Chancay, unos 40 camiones eléctricos UTOPILOT del Grupo SAIC de China mueven los contenedores sin generar emisión alguna. E incluso el grupo minero Vale de Brasil tomó la decisión de comprar dos camiones chinos 100 por ciento alimentados por batería y con una capacidad de 72 toneladas para lograr una operación logística más respetuosa con el medio ambiente. T/Xinhua

China: el gigante que aporta crecimiento a América Latina

La República Popular China cumple 75 años de fundación este 2024, un tiempo que ha marcado un desarrollo increíble para todos los sectores, entre los que destacan ámbitos productivos, tecnológico y de relaciones bilaterales entre Estados, que permiten anticipar un mayor dinamismo en el intercambio comercial con países amigos, y en América Latina son varios los que toman el protagonismo en los últimos años. El Gobierno chino desde hace varios años ha hecho propuestas e implementado iniciativas que lo ponen al frente de la construcción de asociaciones que tienen el objetivo claro de impactar en el desarrollo de los países y pueblos, con la mirada puesta en el crecimiento integral, bajo el principio ganar-ganar. Y es que el país asiático ha puesto a disposición su avance tecnológico y experiencias a nivel productivo bajo un interés de crecimiento compartido y no de dominación como buscan los poderes imperiales de Occidente. El resultado lo podemos observar en la cantidad de países, no solo de Latinoamérica, que cada vez se suman a tener una relación de cooperación con China, teniendo como marco el respeto a la soberanía y la no injerencia en asuntos internos y un elemento fundamental: la aceptación del Principio de Una sola China, es decir, reconocer que Taiwán es una provincia más del territorio nacional. En ese sentido, hay dos ejemplos recientes en nuestra región, Honduras y Nicaragua. Con su llegada a la Presidencia, Xiomara Castro tomó una importante decisión en política exterior del Gobierno hondureño: establecer relaciones diplomáticas con China el pasado año 2023. Por otra parte, los gobiernos nicaragüense y chino celebraron el mes de diciembre del mismo año el segundo aniversario del restablecimiento de relaciones. La fecha fue propicia para que los presidentes Daniel Ortega y Xi Jinping acordaran elevar las relaciones diplomáticas a nivel de “asociación estratégica”. La Fundación de la Nueva China arriba a 75 años con miradas de admiración desde América Latina, por sus logros alcanzados y su capacidad de modernización, y con demanda creciente de mayor intercambio económico y de apoyo a proyectos clave para la prosperidad de los países de la región en vías de desarrollo. Para el cierre  de 2024 las estimaciones del Gobierno chino es que la economía tenga un crecimiento de 5 %, un número que coincide con las proyecciones de entidades como Goldman Sachs  y el Fondo Monetario Internacional. Una de las iniciativas que está marcando el relacionamiento con China es la Franja y la Ruta, una propuesta que cumple 11 años impulsada por el presidente Xi Jinping, y que tiene su base en la integración económica a través del desarrollo de infraestructuras marítimas y terrestres; proyectos que reciben la mayor parte de financiamiento por Beijing. “La Iniciativa de la Franja y la Ruta es una solución china a los problemas de desarrollo global, que apunta a promover la modernización en los países participantes en conjunto, hacer que la globalización económica sea más dinámica, inclusiva y sostenible y garantizar que una mayor parte de los frutos sean compartidos de manera más equitativa por los pueblos de todo el mundo”, señala una nota de la Agencia de Noticias Xinhua. Y en la realidad es así, no se trata solo de una teoría, China está demostrando que puede avanzar en su modernización interna y al mismo tiempo brindar beneficios de crecimiento a los países amigos mediante convenios con sus empresas estatales y privadas. Las calles de Beijing y de provincias como Sichuan, Hubei, Jiangsu, solo por mencionar algunas, dan muestra del desarrollo y la modernidad que experimenta el país, donde la producción local no solo contribuye al mercado interno, también está dirigida a la exportación y sus empresas tienen presencia en países latinoamericanos permitiendo el desarrollo de infraestructuras y aportando al crecimiento económico. El llamado “gigante asiático” ha estado sellando la historia reciente con su modernización que contrasta con su pasado milenario de experiencias y aprendizajes. En sus calles se evidencia el carácter trabajador de su pueblo, su cultura de respeto, amabilidad, una sociedad en la que el estudio tiene gran relevancia, la formación permanente, para garantizar tener un futuro de prosperidad ante un mercado laboral competitivo y para afrontar las tareas asignadas en cada espacio laboral. Con la mirada puesta en el año 2029, cuando se cumpla la octava década de la Nueva China, con la firme dirección del Partido Comunista de China, veremos consolidada la influencia de las iniciativas propuestas por el presidente Xi Jinping, y la superación de muchos desafíos que están planteados actualmente para integrar aún más a China con Venezuela, y más allá de nuestras fronteras, a la región latinoamericana y caribeña. Ante los hechos recientes, dado el interés elevado de China en América Latina, para lograr ese objetivo, el “gigante asiático”, también llamado “el hermano mayor”, seguirá abriendo sus brazos y estrechando las manos con países amigos para ayudar a crecer a las economías más pequeñas, a las economías emergentes, que tendrán a favor el aprovechamiento de sus propios recursos naturales y al mismo tiempo aportarán significativamente al desarrollo integral de China. En ese año seguro se abrirán las puertas de una nueva era y verán los Pueblos el resultado de la Asociación Estratégica A todo Tiempo y a Toda Prueba entre China y Venezuela. El 1 de octubre de 1949 se celebró solemnemente la gran ceremonia de Fundación de la República Popular China, en la Plaza Tian’anmen, Beijing. T/Freidder AlfonzoF/Cortesía-Referencial

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